Entre las grietas de los adoquines
se escurre el eco de la memoria.
Nos
asfaltamos en los suburbios
y la última huella se cuela
en el suelo borracho de lo que se pierde.
Y sin
embargo,
para vos me destejo
el mapa de lo no sucedido
y tacho el recorrido de lo no olvidado
porque por
quererte,
aunque te escurras,
deseo que te despliegues
en el atajo que nos distancia.
(te
prefiero libre aunque ya no me abraces).
Caminaré y
sobrevendré memoria
encriptando lo que fue y lo que ha pasado,
salpicando de colores y sonrisas mis percances
y luego
sí, ahora sí,
lo que devenga. Y venga.
Aunque
siempre estés ahí, debajo
sudando
entre las grietas
de esos adoquines de Buenos Aires
sobre los que revoloteamos juntos
alguna vez.