TALLEREAMOS
EN EL BAR DE LAS LETRAS
En
La Campana Bar de Letras estamos
creando nuevos mundos a partir de la palabra y la imagen.
Talleres de escritura creativa para niños;
narrativa para adolescentes y adultos; y poesía; y foto-escritura creativa.
¡Vení! ¡Dale! ¡Vení! No postergues más ese
gesto artístico que te hace temblar las manos. No las dejes errabundear en la
distracción cotidiana evadiendo tus improntas creativas. El arte, con todo, no
es sino una de las maneras más milagrosas con las que podemos cambiar el mundo
y aun crear mundos sobre la base de nuestra vida real, pero construyendo
personajes que pueden exhalar sus miserias y deseos reprimidos. Nadie nos
juzgará por lo que dicen nuestros narradores y actantes. Nadie. Pero nosotros
habremos cambiado. Habremos recreado lo que es posible rearmar y reconstruir de
infinidad de formas, tantas como individualidades existen. Con algunas
herramientas y coordinación, el texto deja de ser oraciones sueltas con puntos
y aparte o borradores manuscritos tachados o hechos bollos. El texto se vuelve
narrativo en el mundo narrado.
En eso estamos hace tiempo ya en La Campana Bar de Letras. Y en eso
estábamos, titubeando o firmes, antes de conocernos los que nos reunimos en los
talleres. Estábamos antes siendo escritores, artistas, como la estatua en el
mármol en el decir de Miguel Ángel. Y un día nos decidimos a compartir lo que
hacíamos o a buscar consignas para hacer. Fue un día, distinto para cada uno,
pero a partir de un café en el patio de La
Campana, entre los cactus y el jazmín de Mony, entre mariposas, totoras,
tejidos, y palabras en portugués. Y entonces no nos fuimos más. Y escribimos,
jugamos a escribir, escribimos jugando, fotografiamos sin normas que ejerzan
sus fuerzas sino desde adentro hacia afuera, y soltamos versos al aire, al
frío, al viento, a partir de nuestra experiencia, de nuestras secuelas y
riquezas cotidianas.
A veces me pregunto qué es lo que más amo
hacer en la vida. Yo respondo que aquello que me ratifica, que me cambia, que me
sana, que me conmueve, que alimenta esa niñez lúdica que la adultez esconde. Y
una sola cosa lo completa todo: el oficio de escribir. Y otra sola cosa lo
llena de colores: las ganas de dar luz a quienes quieren intentarlo.
Sin
badajo, no hay campana, así que ¡dale!, ¡vení!
Gisela Vanesa Mancuso.
Coordinadora de los talleres.
Info: abrazomariposa@yahoo.com.ar
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