martes, 5 de marzo de 2013

Serie Poesías de entrecasa Gisela


Simulo que no existe el combate
el ciruelo muere
abrazado por el níspero insurrecto
y, en penitencia, la parra
le esfuma un techo
al pasto maduro.
Pero va muriendo
muere
el ciruelo agujereado
y la gata deja su lluvia
al pie
para el amante.
La gata alberga en su vientre
el reto
y el artificio:
el árbol muere y persiste
ella vida y más vida
y yo los miro
siempre
todavía
entre lo uno y lo otro.

Gisela

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